jueves, 4 de agosto de 2011

Un mundo misterioso, estreno comercial

A partir de mañana se podrá ver en las salas Cosmos (U.B.A) y el Malba, en distintos horarios, Un Mundo Misterioso de Rodrigo Moreno, realizador de El Custodio.


La crítica, los periodistas, no han recibido en su presentación en Berlín, o Buenos Aires, a la segunda película de Rodrigo Moreno con mucho entusiasmo. Quizás porque esperaban otro Custodio, o algo parecido. Pero en la creación personal no hay mayor desafío que no repetirse a sí mismo y si algo no se le puede adjudicar a Moreno es que en Un mundo misterioso se haya repetido.

A diferencia de El Custodio, Boris es torpe, un tanto inútil y "su actividad" (no sabremos exactamente a qué se dedica) consiste en deambular con su auto desvencijado, o a pie cuando llegue el momento, por distintos lugares de una Buenos Aires reconocible y al mismo tiempo extraña: Es que Boris, cual un personaje de Woody Allen e incluso de Polansky, encuentra en lo cotidiano cierta extrañeza. Así, si el mundo de el Custodio se podía controlar (gracias a una mente métodica y obsesiva) el mundo de Boris, y las personas que lo habitan, no pueden controlarse para nada.

Un mundo misterioso no cuenta ni más, ni menos, que lo que cuenta: el quiebre de un hombre que ha pasado los 30 desde un punto de vista masculino. No hace falta decir "estoy quebrado" para estarlo, y el "no pasa nada" (excelentemente musicalizado) del que muchos se quejaron es, a mi criterio, la mayor virtud de la película: la de describir a su manera lo que significa transitar un vacío existencial.

-  Rodrigo Moreno ¿qué es ser independiente para vos?
Ser independiente tiene que ver con el vínculo que vos establecés con la película, no tiene que ver con los medios con los que contás para hacerla. Nosotros dependemos del INCAA para filmar en 35 mm porque eso implica contratar gente, pagar. Si yo quiero filmar en video puedo decir que el Instituto no sirve, pero si quiero filmar en 35 mm es otra cosa. Aunque eso no implica que no pueda cuestionar al Instituto.

Yo no hago una película pensando que voy a ganar guita, no pienso jamás en eso. Cuando escribo pienso en qué me interesa, no en qué le interesa al público, no hago ninguna concesión. No manipular, no conceder, eso es ser muy honesto. Yo quiero contar esto y lo quiero contar así. No como los demás quieren que sea contado. Y eso es el cine de autor para mí.

(publicada originariamente en el número de mayo del 2006 de la revista Caras y Caretas)

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