miércoles, 28 de noviembre de 2012

Mar del Plata 2012 (II): Las premiadas


Dentro de la Competencia internacional el premio más importantes recayó en la rumana Beyond the hills, de Cristian Mungiu, un relato sorprendente y humanista sobre un grupo de religiosas ortodoxas comandadas por un pastor que en pleno siglo XXI intentan rescatar a una joven posesiva y violenta que llega a la comunidad en busca de su amiga de infancia. Los fallidos intentos por recuperarla, hospitalización mediante, les lleva a concluir a los religiosos que se trata de una posesión demoníaca y practican lo que ellos consideran un servicio, más conocido como exorcismo. A partir de allí, y como en otras películas de ese país, quedará al descubierto la burocracia policial y la ineficiencia del sistema de salud, temas característicos del cine rumano, y que hace unos años tuvo en La noche del Señor Lazarescu de Cristi Puiu, uno de sus grandes ejemplos.

La solvencia del montaje y de la puesta en cuadro es tal que la película termina siendo una sucesión de planos casi pictóricos. Hay una sola secuencia que me pareció que escapa un poco a esta armonía y es cuando Voichita va a buscar al hermano de Alina para preguntarle si está de acuerdo con que le practiquen el servicio a su hermana. En esta secuencia vemos que Voichita se acerca al cuarto, lo despierta y luego van a encontrarse con Padre. No suma a la historia, ni a la estética de la película. El resto es impecable y así lo confirmo el silencio que reinó en la sala durante las más de dos horas y medio de proyección.

En la Competencia argentina se premió a Celestino Campusano como Mejor director por Fango, y a Hermanos de Sangre de Daniel de la Vega como Mejor película. Si algo une a estos directores es el hecho de que ambos se han mantenido leales a su estilo y modo de producción. En el caso del primero, haciendo un cine visceral que se mete en los lugares pocos visitados del conurbano bonaerense: donde las motos, las armas, el alcohol y el sexo desenfrenado son moneda corriente; y en el otro caso, manteniéndose fiel a las coordenadas de los géneros de terror y del suspenso. Además los hermana el modo de producir sus películas: mucha creatividad con poco presupuesto.

De la Vega está en el cine hace muchos años y sus primeros cortos son una muestra de su habilidad para crear mundos fantásticos con pocos recursos. Sueño profundo, uno de sus cortos de graduación, es un ejemplo. Daniel es también una referencia ineludible de eso que un tiempo atrás se definía como HorrAr, películas argentinas que trabajaban con el género, raramente se estrenaban en el país pero se comercializaban en el exterior. Campusano tiene muchas virtudes como narrador y lo ha venido demostrando a lo largo de su filmografía. Los reconocimientos para ambos son más que merecidos.

Este año hay que felicitar también al público que, además de mostrarse respetuoso e interesado, votó como Mejor Película al maravilloso documental del ítalo- argentino Daniele Incalcaterra: El Impenetrable. Narrado en primera persona El Impenetrable es la lucha del mismo Daniele por recuperar unas tierras que su padre, con el que no se llevaba bien, compró en el Chaco paraguayo. A partir de allí se encontrará con registros de propiedad que no coinciden, un Al Capone de la región, y un Estado que, a pesar de sus buenas intenciones, poco y nada hace, o puede hacer, frente al desmonte y la pérdida de biodiversidad, entre otras cosas. La triste historia, sin embargo, no deja de tener sus momentos cómicos, encarnados sobre todo en Incalcaterra quien frente a las vicisitudes que atraviesa termina pareciéndose a un anti- héroe woodylleanesco

No queremos develar muchos detalles de la trama, ni el desenlace que como espectadores descubrimos al mismo tiempo que el protagonista de la película, pero sí contar que el rodaje duró más de un año y que en el medio Incalcaterra fue padre junto a su pareja, también productora del film, Fausta Quattrini. Consecuentemente el legado material y simbólico es uno de los temas principales de la película. La buena noticia para los lectores es que El impenetrable se exhibirá a partir de este jueves en el Gaumont:

Otra película que obtuvo distintos premios, incluidos los no oficiales como el de ACCA, es de Martes a martes de Gustavo Fernández Triviño. La película tiene una potencia narrativa y una puesta en escena arrolladoras - en parte es uno de los ejemplos en los que pensaba el Presidente del festival cuando sostuvo que el cine argentino está recuperando su capacidad de contar historias-,pero si la analizamos a la luz de las acciones de su personaje principal (un fisicoculturista que tiene múltiples trabajos para mantener a su familia) es más difícil elogiarla. Es que el personaje tiene dos tipos de comportamientos bien marcadas; el primero en el que parece “bueno” (y todos se aprovechan de él), el segundo en el que se transforma en malo. Este punto de giro se produce cuando el susodicho, abyectamente, mira detenidamente como un hombre viola a una mujer. A partir de allí  nuestro protagonista hará un giro drástico y con tal de conseguir su objetivo hará uso de la frase “el fin justifica los medios”.

El desenlace de la película es inquietante. Por un lado, parece un final de película bizarra, inusual, del estilo de películas de cárcel de los años ’70. Por otro lado, si tomamos este final y lo que allí pasa como muestra de una ideología mayor, como sociedad estamos en problemas.
Me hubiese gustado preguntarle al director qué punto de vista tiene sobre su personaje (actuado maravillosamente por Pablo Pinto un actor hasta el momento desconocido que está cosechando varios premios) mas no lo crucé. Ojalá cuando se estrené la película se inicie una reflexión que vaya más allá de las virtudes cinematográficas que indudablemente tiene de Martes a martes

No hay comentarios:

Publicar un comentario