Difícil tarea van a tener los
jurados de este 15 Bafici porque las películas en Competencia Internacional son
muy diversas entre sí lo que prueba la vitalidad del cine producido en las
afueras de la Gran Industria. ¿Qué une, a nivel de producción y estética, a Tanta Agua con Su Re? ¿O a esta con Call
Girl? Casi Nada.
Tanta Agua es un proyecto que tuvo el apoyo del Bal, y cuenta con
aportes de distintas entidades como la Hubert Bals Fund, e Ibermedia y está
dirigida por Ana Guevara y Leticia Jorge. La historia es simple: Un padre, divorciado,
lleva a sus hijos a vacacionar q Salto pero las cosas no terminan siendo
exactamente cómo lo planearon, fundamentalmente porque el clima no acompaña. A
partir de allí se suscitarán una serie de encuentros y desencuentros entre
padre e hijos, pero también entre estos y las amistadas que entablan en este
verano especial. En la la línea de las películas producida por Rizoma pero un
poco más luminosa (aunque el paisaje esté tormentoso), el gran acierto de Tanta
Agua es su personaje femenino protagonista: Lucía, interpretada por Malú
Chouza.
Su Re es una versión de la Pasión de Jesucristo de Giovanni
Columbo. A diferencia de la controversial La Pasión de Cristo de Mel Gibson,
las escenas de violencia en la película transcurren mayoritariamente en el
fuera de campo. Lo que no impide padecerlas porque el sonido (la respiración
forzada y sufrida del actor que interpreta a Jesucristo) tiene una fuerza que
trasciende la imagen. Varios aspectos distingan a esta pequeña gran película de
sus antecesoras, uno de ellos es que la cámara se ubica la más de las veces a
la altura de la estatura humana, y que el tiempo es discontinuo: es decir, no
sigue el orden cronológico. El escenario cavernas, cuestas y laderas montañosas
mostradas sin ningún tipo de adorno o espectacularidad. Y, si bien está filmada
en DCP (y eso indefectiblemente le da un aire contemporáneo) sorprende porque
los rostros (que remiten a las pinturas de Caravaggio) parecen de otra época.
La fisonomía de Jesús es también “extraña”, tiene boca carnosa, y pelo oscuro
casi crespo, y un cuerpo enjuto y robusto (con si en este confluyeran no solo
las tradiciones occidentales). Por momentos, Su Re me remitió a El Molino
y la Cruz construye un clima y un ritmo de época sin efectos especiales. También
porque, como la película de Majewski, Su Re es erudita, los personajes, por
ejemplo, hablan sardo.
Call Girl es lo opuesto a Su
Re. En primer lugar porque la estética toda remite a la década de los años
’70: el vestuario, los peinados, incluso la manera de filmar y encuadrar remite
a las series de la época. Según comentó su realizador, Mikael Marcimain, la
historia está basada en un hecho real que sacudió a la opinión pública sueca.
De acuerdo con la película: en medio de una campaña electoral, varios políticos
y funcionarios estuvieron involucrados con temas de corrupción, y prostitución
de menores. Call Girl sigue, para
bien y para mal, las leyes de la ficción: la historia está bien muy armada y
los personajes son muy verosímiles, pero por momentos se vuelve un tanto esteticista y
deja de lado el grave tema que narra.
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