viernes, 11 de abril de 2014

16 Bafici: Iranian/Fifi Howls from Happiness

Mañana sábado se conocerán los resultados de los ganadores de la Competencia Internacional del 16 Bafici donde este año, además de interesantes propuestas de ficción, se destacaron documentales como 20 000 días en la Tierra (ya reseñado en este blog), Fifi Howls from Happiness de Mitra Farahami e Iranian de Mehran Tamadom.

La propuesta de este último por simple no deja de ser profunda: En una casa cercana a la ciudad de Teherán, un grupo de personas, entre los que se encuentra el realizador y otros iraníes, reflexionan sobre si es posible convivir pacíficamente, en un marco de tolerancia, respetando las ideas de la Revolución Islámica y al mismo tiempo los preceptos occidentales. El realizador propone reflexionar sobre ciertos temas cotidianos como el uso, o no, del velo, la música, la exitación sexual, para a partir de allí contrastar dos formas de entender y posicionarse en el mundo.  

Hay, al menos, tres puntos interesantes en encarar el tema así: por un lado, el hecho de ir a buscar las voces, el pensamiento de personas que también son iraníes pero que viven y sienten al mundo de manera muy distinta a como él lo siente (que vive en Francia). Por otro lado, el gesto de darles la palabra, aún cuando no esté de acuerdo con lo que dicen. Por el último, el hecho de poner a todos en un plano de igualdad (al menos gran parte de la película) frente a la cámara y la puesta en escena pues cuando están sentados en el piso, todos están sentados en el piso.

Los diálogos que se suscitan son increíbles por momentos, al igual que las referencias cruzadas – sorprende por ejemplo que los seguidores de la Revolución no gusten de Forugh Farrojzad una poetiza iraní que filmó una de las películas más maravillosas de la historia del cine: The house is black-  y en este sentido bien podría verse como una película de conceptos Sin embargo, el epílogo trastoca este auténtico intercambio de ideas cuando nos enteramos que sobre el realizador (Mehran) rige una suerte de advertencia de que si vuelve ir a Irán no lo dejarán volver a salir. Eso, de alguna manera, condiciona lo visto anteriormente y opaca no la denuncia sino la propuesta del film.

Fifi Howls from Happiness de Mitra Farahami es un documental simplemente magnífico. Con delicadeza, astucia, y otro tanto de misterio, Mitra documenta la obra y el pensamiento crepuscular del artista plástico Bahman Mohassess. La referencia solapada a Lightning Over Water de Win Wenders es inevitable: al igual que en esta última Mitra busca homenajear en el ocaso a quien probablemente sea una referencia en su carrera como pintora. El documental comienza cuando Mitra descubre que Bahman, al que muchos consideraban muerto, habita en un hotel en Roma. A partir de allí comenzará un diálogo, y una intimidad, que irá creciendo y haciéndose más intensa con el correr de los días y la realización del film (un auténtico film in act).

Al recurso de la declaración a cámara, propio del documental testimonial, Mitra le agrega mostraciones de las pinturas y esculturas del artista. A medida que van pasando, y repasando la obra, los espectadores recontruimos parte de la historia del mundo del fin de la Segunda Guerra Mundial a esta parte, y también las elecciones personales de Bahman y el por qué de su reclutamiento en un hotel en Roma.

Como si fuese un relato literario, la película está dividida en tres partes. El nexo con la literatura se acentúa cuando entra en escena el intertexto con el cuento de Balzac La obra maestra desconocida donde unos jóvenes artistas visitan a uno consagrado y le encomiendan una obra. Pues bien, en el segundo capítulo dos mecenas – que viven en Dubai- entran en contacto con Mitra, y Bahman asiente en pintar para ellos.

Mohassess quemó, cortó y destruyó gran parte de su trabajo porque creía que no era culpa suya que sus obras estuvieran dispersas - en algunos casos arruinadas o no catalogadas-, sino del avance de la ignorancia en el mundo. Por otro lado, al no tener descendencia, no le importaba trabajar para la posteridad. Algunos de sus trabajos, como el que le da título a la película (Fifi Howls from Happiness, significativamente su primero) dialogan con el expresionismo pero la representación que hacía de los cuerpos lo acercan a Francis Bacon.


De todas maneras, el propósito del documental no es compararlo, ubicarlo en la historia del arte o exponerlo de manera erudita: aquí – satisfactoriamente - no hay comentarios de tinte académico, o periodístico, o crítico que “expliquen” la obra Bahman, excepto los suyos propios. Eso es una decisión que toma Mitra muy acertada.  Este hombre, por momentos tremendamente ególatra, tenía muchas cosas para decirle al mundo y Mitra, con delicadeza, en el epílogo de su vida, las capta.

En señal de gratitud él le da su último cuadro: la imagen de su muerte que la realizadora discretamente deja en el fuera de campo. Fifi Howls from Happiness es un film emocionante, sorprendente, una maravilla dentro de la Competencia Internacional de este 16 Bafici que ojalá alguno de los muchos jurados tome en cuenta.


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